viernes, 15 de septiembre de 2017

ANGUSTIA (brutal cagazo) Y ANTECEDENTES TRAMPOSOS, UN CÓCTEL EXPLOSIVO PARA ESPERAR A PERÚ.

Tienen razón los peruanos al temernos.
No me refiero al Flaco Gareca ni a los muchachos que conforman la plantilla actual. Hablo de la "opinión pública".
Los hemos cagado en grado sumo en más de una ocasión a lo largo de la historia.
A modo de revancha bíblica aparece el lejano 69 -también en la Bombonera- dejando al seleccionado argentino al márgen de la Copa del Mundo que ganó Brasil en México.

Alguna vez el Dr. Bilardo mandó a un futbolista a "romper" a un adversario. Fue contra Perú.
Alguna vez, asesinos con poder ilimitado que conformaron aquella Junta que estaba al frente de la Dictadura cívico-militar, ingresó a un vestuario -de futbolistas peruanos- para amedrentar con la sola presencia.
El vergonzante 6 a 0 en Rosario solo se explica como reacción al apriete feroz del que fueron víctimas y sobre el que algún vejestorio atroz devenido estrella de tevé (así está la tele en la Argentina), pide pruebas.
El partido mismo ES LA PRUEBA de la INFAMIA. Solo no lo ven, aquellos que NO QUIEREN VER.
Y con quienes carece de sentido discutir.

Intuyo que ha de ser horrible (quizá no, quizá avalan y piensan en ese sentido), asumirse como un fascistoide que fue funcional a una dictadura.
Entonces mejor negar.
O pedir pruebas.
O hacerse el ofendido.

Este equipo argentino integrado por futbolistas "fuori clase" no ha hecho más que sumar peso a la mochila que carga desde hace años: no ganar. No salir campeones. Perder finales. Contra Alemania vaya y pase...
Contra Chile, imperdonable.

Fallar en el momento cúlmine con la camiseta del seleccionado.

Aquellos que piden que Messi juegue "en la selección igual que en el Barça" no entienden nada. No tiene sentido explicarles.
Una manera sencilla de dar una expliqueta sería: el relax que cualquiera siente (Higuaín, el Kun, Lío, Di María), al momento de definir una situación en sus equipos se vuelve drama en el momento de hacerlo con la celeste y blanca.
No es futbolístico.
No es táctico.
No es técnico.
Es mental.
Es cagazo.
O lo entienden, o pueden, como quién no quiere la cosa, irse a la mismísima mierda.

Y ahora vuelve la "cuestión Perú".
En la Boca.
Donde normalmente tallan (manejando hasta el Tribunal de Disciplina), Angelici y Macri.
Confían en su buena estrella.
En la buena estrella del Presidente.
En el culo de Macri.
Quiero decir, en la suerte de Macri.
A Macri le va normalmente bien.
Le ha ido bien desde que nació.
Porqué no habría de irle bien en ésta: trasladar el partido a la Bombonera para cambiar la historia.

Quién escribe éstas líneas adhiere fervorosamente a la filosofía del Gran Woody: "lo que sea que funcione". Lo que sirva para que vos resuelvas positivamente la situación, pues, a ponerlo en marcha.
Si jugar en la Bombonera DESTRABA a los players, pues, bienvenida sea.
Habremos de ver para creer.

Si Argentina pone todas sus fichas en desexorcizar, pues, ellos harán su trabajo.

Da la impresión de que estamos más en manos del azar que de otra cosa.

Fútbol, al fin, en estado químicamente puro.
Aunque todos sepamos que de poder manejar algunas variables humanas, Argentina saca ventaja.
Vamos a ver, dijo un ciego, y se cayó dentrunpozo.