viernes, 15 de junio de 2018

ÉSTE SELECCIONADO NO COME PESCADO PODRIDO. QUIEN QUIERA OIR, QUE OIGA. Publicado en Diario Jornada del Chubut el viernes 15 de Junio.

Desde el Luzhniki Stadium en Moscù (Enviado Especial): 
En unos minutos comienza la fiesta inaugural del penúltimo Mundial con “formato antigüo”. 
El que tiene que ver con la “Nueva Era” acaba de ser votado èste lunes aquí en Moscù con paliza incluida a los pobres marroquíes cuyo único argumento pareció ser: en Marruecos no están permitidas las armas.
La Fifa, a cuyos CEOs se cargò el FBI por corruptos vende-votos, acaba de darle el Mundial 2026 a los yanquis, mexicanos y canadienses. 
De haber tenido otro Congreso de la Fifa, le suspenden el de Quatar, aquel que supo conseguir el Gran Puntero Argentino Julito de Sarandì.
Como para que quede clarísimo que aquel que se mete con ellos (y les grita un gol en pleno rostro como hicieron Julio Humbero I de Viamonte y los gerontes de la Conmebol màs Alejandro Burzaco), paga con cárcel.
Eso sì: si Torneos devuelve 212 millones de dólares y los amigos del hermano del ministro de Macri, Eugenio, hacen una vaquita de 20 palos verdes para la fianza consiguen que le aplacen el juicio hasta y el año que viene (estaba previsto que tuviera lugar en estos días, en pleno Mundial), y, tobillera mediante, camina por algunas manzanas de Nueva York, la gran manzana, libre como un pájaro.
Todo se ha hecho según deseos de Washington.
El fútbol derriba muros.
Al tiempo que Donald Fucking Trump pretende constuirlos, los Infantino s Boys los tiran abajo a dolarazo limpio, diría un cordobès.
“Nothing personal, just bussines” podría tranquilamente sonar la voz de Michael Corleone.

Pero estamos en Moscù y por un entero mes intentaremos disfrutar del juego.
O mejor, de ganar la Copa del Mundo.
Hablo de los futbolistas argentinos en primer lugar y después de los simpatizantes en nuestro país y los que han venido haciéndole pito catalán al dólar que no para de subir aumentando como quien no quiere la cosa, el pan, los fideos y el asadito.
Pero es asì: el fútbol suele someternos a ejercicios de esquizofrenia (especialmente hablo del caso argentino que es el que màs y mejor conozco), como casi nada en la vida.
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos” le dice eternamente Rick (Humphrey Bogart) a Ilsa (Ingrid Bergman) en la cada vez màs bonita Casablanca.
Aquì el Moscù, cualquier argentino podría tranquilamente hacer una analogía con la frase: el dólar se va al joraca y nosotros queremos ver a Messi campeón del mundo de una puta vez.
Es asì.
Ni bueno, ni malo, asì.
El sufrido equipo de Messi y Mascherano comienza mañana lo que puede ser la salvación eterna o el calvario para todos los tiempos.
Como bien escribió el colega Marcelo Gantman en La Naciòn el hincha argentino (¿acaso el furtbolista profesional también?), ha perdido la capacidad de disfrute.
Hay, se intuye, una larga serie de sujetos a la espera de caerles como si fueran malditas cucarachas a los jugadores, el técnico y la dirigencia argentina.
Huelen sangre, como se acostumbra describir al Peronismo cuando los oficialismos gobernantes sufren alguna caída en la imagen electoral.
Pasa exactamente igual en torno a èste seleccionado.
Por las razones màs absurdas hay un estadio lleno apostando a que la cosa salga mal para regodearse en la propia razón del excèptico genètico que siempre, pase lo que pase, lo supo.
Contra toda la mala energía están jugando los Messi y Compañìa.
Y -digàmoslo también- contra sus propios fantasmas.
Amigos, lectores, oyentes, no importa el dibujo tàctico. O importa poco.
Està dado que sea la dupla sufriente la que tome la mayor parte de las decisiones (la mayoría de los titulares mañana serán los integrantes de la Mesa Chica Ampliada) con los agregados de Sampaoli (dos-tres futbolistas en el campo entre los 11).
Y está bien. 
Estàn jugados. 
Son ellos, en medio de la majestuosa Rusia contra los ultra favoritos que son Alemania, Brasil y España. El orden de los factores no altera el producto.
Pero con todos habrá que verse las caras en un solo partido. Definitorio y total. 
Sin lugar para los dèbiles. Y lo que tenga que ser, será.
El menotismo ilustrado no sabe de que disfrazarse con el escàndalo español. 
¿Lo tenìan al "pesetero" Lopetegui?. 
Eso, lo que ha hecho el Madrid, es poner lo propio por encima de lo colectivo.
Es fútbol, hasta puede salir bien y Hierro, que ¡menos que Sampaoli!, no cortarà ni pincharà, puede ser campeón. Es fútbol, repito.
No obstante, déjenme compartir el empecinamiento, acaso recargado por las bellezas rusas que son mayoría en subtes y trenes y con las cuales, uno quisiera casarse aunque màs no sea en Las Vegas y por una noche. 
¿Quièn podría quitarnos lo bailado.
Hay toneladas de pescado podrido dando vuelta por allì y 
muchos "comunicadores" dispuestos a esparcirlo porque el 
acostumbramiento ha sido tal en èstos años, que las 
audiencias parecen esperarlo casi en estado de 
desesperaciòn. La "señora" Carriò es el mejor y màs 
acabado ejemplo. Ella es, en si misma, pescado podrido 
caminando y comunicando. Tiene impunidad. Al menos por 
ahora. Perdòn, quise decir inmunidad.

Todos deberìan tomar nota de que èsta selecciòn no 
consume.

Lo ùltimo que arrojaron sin piedad es que Sampaoli tuvo un 

"affaire" en Ezeiza. Un audio viralizado. "Se los digo yo", se 
escuchò al chanta sin nombre.

Contra los trolls genèticos (ni humanos siquiera, o a lo 

sumo anònimos), nada se puede hacer.

Pero despuès de ganar el Mundial, Tapia y los muchachos 
podrìan encargarse de los difamadores sin responsabilidad 
que habitan en los medios.

Se harìan un festival con las disculpas y las caras largas. Y de 
paso sacarìan unos mangos para donar a los comedores.

Por ahora, el "toque" Sampeoli Peregrino Fernàndez 
(¡todos al ataque!), se tolera y hasta puede ser simpàtico si 
se carga a islandeces, croatas y nigerianos.

Pero despuès, en los mano a mano que siguen, confìo en 

que la racionalidad de la dupla Messi-Masche, no camine 

hacia el suicidio futbolìstico, sino hacia la Gloria Eterna.

Que asì sea.