No hay motivos para apostar por el seleccionado argentino en Rusia 2018…salvo eso inexplicable que la religión llama fe.
En todo caso fe en qué, se estarán preguntando al contacto con éstas líneas.
Fe en la desesperación.
La desesperación como último recurso.
Los futbolistas argentinos saben que si no ganan este campeonato les espera el desprecio -ni siquiera el odio- eterno.
¿Te puede acorralar un equipo que se para en los últimos 30 metros desde su arco?.
Islandia demostró que sí, que es factible.
Te acorrala en los siguientes 70 metros y convierte el tiki-tiki en el instrumento más inútil del que uno tenga memoria.
A propósito, Argentina tuvo la pelota (los que los amantes de los neologismos en el fútbol llaman Posesión), la friolera del 73% de los 90 minutos el sábado.
Andan incómodos los defensores de la “posesión”, les resulta molesto tener que guardarla en algún recóndito lugar del cuerpo propio.
Pero esto es una cuestión secundaria.
Creo en la Locura que puede llevar a un futbolista fuori clase o ni siquiera, pero argentino él, a jugarse la vida para mandar a la mismísima m…todo los “planificado” y tener un pálpito que se convierta en jugada desequilibrante que cambie la historia propia (de éste seleccionado).
¿Les queda claro que plan de juego no hay?.
¿Les queda claro también que éste mundial para el equipo de Messi-Masche con la ayuda pintoresca de Sampaoli, será hija de la inspiración individual o no será?
Todos los que toman decisiones en el equipo se equivocaron.
Messi-Masche se equivocaron con insistir con Di María, Biglia y Rojo. Puede que ingresen Lo Celso y Pavón, pero quizá debamos seguir sufriendo a Rojo. Por si alguien no lo recuerda, Fazio llegó a semifinales de la Champions League mientras que Rojo estuvo parado seis meses. Pero rojo es “Mesa chica ampliada” y Fazio no.
Si se gana, no problem. Pero si empatás con Islandia, querido amigo, por number one que seas, pues alguien debería ponerte límites. El asunto es que no hay quién. Grondona ríe desde la eternidad y, francamente, no me imagino al Chiqui Tapia encarando a Messi para hablar de fútbol como sí lo hacía Julio con todos (entrenadores y estrellas).
Me mandan, amigos futboleros, varias fotos de Messi rodeado por “vikingos”. Es la historia de siempre. Así funciona. Y así será. Aún contra los candidatos (que tampoco empezaron bien).
Pero en un penal no estás rodeado. Es fuerte, abajo, rozando el palo. Para eso tenés técnica excelsa. Para esas situaciones.
Es mano a mano y debería ser gol.
Sos el primero en saberlo Lio. Por eso te “pinchaste” hasta quedar sin consuelo.
También se equivocó esa suerte de marioneta rentada le ha costado a la AFA, hasta hoy, la friolera de 8 millones de dólares entre rescisión, sueldito y premios por llegar al Mundial.
Puso a Salvio de 4 y en la primera jugada (a los 30” del partido), Birkir Bjarnason (8), lo tiró a la merde contra el costado y nunca más el del Benfica volvió a ser el mismo. Debía “ir por el costado cuando Meza se cerrara” según me dijo en la conferencia de prensa, el entrenador.
Si ellos llegaban a atacar (de hecho apenas avanzaron) por ese lado, se hacían un festival.
Igual que con la salida “por abajo”. Piensen por un instante que, por ejemplo, el que corta es Isco, o Neymar, o Chicharito. Esos no te perdonan como los grandotes islandeses. Casi que estoy tentado a decir que la sacamos barata.
Todos los lujos (léase errores) se cometieron juntos en el debut. De aquí en adelante el margen para equivocarse se achica dramáticamente.
Ni pensemos en un empate contra Croacia ni mucho menos caída.
A ver: nos regalaron un penal. Ni lo empujan a Maxi Meza en el área.
Contra Brasil esto no va a pasar.
También tuve ocasión de preguntarle a Sampaoli si era cierto lo que había leído en La Nación hace unos 15 días acerca de si era cierto que Caballero le gana la pulseada a Armani “porque juega bien con los pies”, lo cual, ustedes lo saben, es insólito cuanto menos.
Me dijo que por eso y también porque “se lleva bien con los compañeros”. Lo dijo Mourinho: “si atajaba yo era igual, le llegaron una vez y fue gol”.
¿Tiene que pasar una catástrofe (quedar eliminados del Mundial), para que reaccionen todos?
Esperemos que no. Y apelemos a la Fe porque éste jueves otra no nos queda.